Atardecer en el norte del país. Estelí, Nicaragua

jueves, 9 de mayo de 2013

Policía Nacional: ¿Un ente íntegro?


A como plantea nuestra Constitución Política en el Título V de la Defensa Nacional, artículo 97, expresa que: la Policía Nacional es un cuerpo armado de naturaleza civil. Tiene por misión garantizar el orden interno, la seguridad de los ciudadanos, la prevención y persecución del delito y los demás que le señala esta ley. Pero… ¿La Policía Nacional es un ente íntegro? Por supuesto que no y además tiene debilidades.
En este tema de corrupción que es muy amplio y existe en todas partes del país, además en esta institución –Policía Nacional-, vamos a posicionarnos en los agentes de tránsito, que son los encargados de aplicar la Ley para el Régimen de Circulación Vehicular e Infracciones de Tránsito, de día y de noche en todo el espacio terrestre de Nicaragua.

Los agentes de tránsito se encuentran en cada carretera, bulevar, semáforo, vuelta de una calle y un sin número de sitios estratégicos que ellos se colocan para vigilar la circulación de los vehículos y motocicletas. Pero quizás no nos detenemos para observar y expresar la corrupción que existe entre todos estos agentes de tránsito, que plantean su propia dinámica para perjudicar a las personas que conducen diario.

Aquí es la parte donde ellos hacen de las suyas y la persona conductora es la afectada. Primero, comienzan a detener  a una horda de vehículos que atrasan el tráfico, para consultar que porten sus documentos, eso está bien, pero lo que no está bien es que no son agentes de tránsito los que hacen la detención –mientras el verdadero agente de tránsito está bajo la sombra de un árbol recostado a su moto, haciendo la mueca que está ocupado llenando papeles- y estos,  aprovechan para inventar que el señor o la señora o el taxista hizo una invasión al carril contrario. ¿Cómo va a saber la persona que maneja si ni siquiera está visible la línea amarilla? Entonces… la señora o el señor y el taxista, por cuestión de tiempo y de no caer en una multa -que desde luego no es válida- se prestan a darle para la “gaseosa” o “mordida” al rufián de “tránsito”.
¿Será que el salario mediocre que ganan estos agentes, es la causa de que en algún momento del día hagan sus negocios ilegítimos? Independientemente de que ganen poco o mucho,  deben asumir su trabajo bajo lo que se expresa en la Ley y en la Constitución Política de Nicaragua.

La corrupción en los agentes de tránsito radica ahora en sorprender al conductor y multarlo con una infracción imaginaria o sino, negociar la “mordida” con el pretexto de poder almorzar, cenar u otra cosa que se les ocurra en el momento. Ya la labor de ellos no es perseguir el delito sino, buscar la manera de sacar un dinero extra con las y los conductores que transitan a diario.

En las rotondas es otra estrategia de multar. El cambio de carril es la excusa o trampa que tienen para ejecutar una multa. Sin embargo, los agentes de tránsito hacen sabotaje en algunos sitios de la capital. Los semáforos que no tienen la luz amarilla de advertencia, sino que estos pasan de luz roja a verde de una vez son ventajas para multas negociadas. También, en las esquinas que se supone que tiene que estar un rótulo de ALTO, pero que ahora ya no está, es motivo de multa y también motivo de accidente y esto podría dañar a terceros  u ocasionar la muerte por un accidente. Y esto, es deber de ellos establecer y colocar las señales de tránsito a vista de todo vehículo. Sea señalado esto como una debilidad que tienen.

Otra debilidad por parte de ellos sucede en los departamentos. La persona que fue a pagar su placa para su vehículo o moto demora mucho más del tiempo establecido. Aquí es una debilidad de ellos, puesto que no sabemos si esa persona puede atentar contra la sociedad en robos, asesinatos entre otras cosas y no existe una manera de identificarlo, porque no lleva puesta la placa.

La corrupción que ocurre bajo los agentes de tránsito ya no es sutil de ninguna manera. Se debería de controlar este sistema de “dinero extra” por parte de un representante íntegro de la Policía Nacional, pero eso está largo. La arma que se debe utilizar es cargar con la Ley en la guantera del carro y demostrarle que antes de detener a un vehículo deben de poner un cono 50 o 100 metros antes de donde está ubicado el agente.
Desde luego, demostrarle de muchas maneras que hacen corrupción y que son simplemente una basura como parte de “nuestra protección de tránsito”.


martes, 18 de diciembre de 2012

A bordo de las putas en Managua


Con el ocaso de la tarde a mi espalda y la noche que se encontraba a unos cuantos minutos se me vinieron muchas ideas a mi cabeza para una seductora noche de domingo en la capital. Las luces ya alumbraban las calles, y la oscuridad llenaba los vacíos sobre la ciudad y los carros se aumentaban en el tráfico. Al pasar unas horas ya nos preparábamos: dos primos y yo, para ir a bordo de las putas de Managua.

Me acuerdo que hace como cinco años, en el día de mi cumpleaños, me fui a dar una vuelta con unos amigos por el Hospital Militar, a ver a las putas que se mantenía por ahí. Uno de ellos dijo que me iba a pagar una, desde luego que tuve miedo y dije que no. En fin, sólo pasamos viéndolas y nada más. Era sólo un niño. Me acordé  y ahora que ya pasó ese tiempo quiero saber qué ha cambiado en eso.

Antes de ir a visitar a las putas, queríamos pasar por un bar tomándonos unas cervezas técnicas y hablar sobre lo que podría pasar. Clásico, el juego de papel y tijera iba a servir para ver cuáles de nosotros tendría sexo con una de las putas. Tomamos una, dos, tres rondas de cervezas bien heladas para refrescar un poco la garganta. Luego, quedamos de acuerdo, y digo: ¡piedra, papel o tijera!
Sacamos las manos desde atrás con cautela, y se presentó lo siguiente:
-          Saúl: tijera.
-          Yo: piedra.

La risa me revoleteaba en el rostro. Jonathan –mi otro primo- saltó de emoción, frotándose ambas manos celebraba el gozo. Y con una risa congelada se quedó Saúl. Después lo animamos y nos fuimos a nuestra noche en busca de sexo y una anécdota que contar.

Saúl manejaba lento y su cara llevaba un gesto atónito. Puse música a todo volumen para que nos relajáramos un poco y se animara la situación.

 Vimos un grupo como de 6 jovencitas en la esquina, cerca del bar El Caramanchel. Nos orillamos a la acera. De inmediato se acercó una de ellas. Vestía mini falda negra y una blusa amarilla dejando ver el arete que colgaba de su ombligo. El tatuaje en su cuello llamó mi atención. Se Lo observé detenidamente, - tenía medio cuerpo dentro de la ventana del vehículo-  miraba una flor mal dibujada con espinas.  Al parecer  se lo hizo hace mucho, porque se notaba algo desgastado.  Se nos aventó y dijo:
-       
           ¿Cómo están mis amores?  Con una gran sonrisa expresiva.
-          Bien y vos amor. ¿Cómo estás hoy? Le dice Jonathan desde el asiento de atrás.
-          ¿Cuánto vale mi reyna? Le digo en voz baja.
-          200 para vos amor.
Saúl no estaba tan decidido con esa muchacha, al parecer no le agrado física y sexualmente. Así que la despedimos y seguimos de camino. Carretera a Masaya era la odisea.
Cuando pasamos la Plaza de la Victorias, todos sentimos una ligera emoción. Saúl iba a tener sexo, Jonathan quizás se animaba luego, y yo simplemente quería estar a bordo de lo que pasara. Me habían contado unos amigos que pasaron por aquí hace unos meses, que el contacto físico aquí es desorbitado, - me advirtieron por supuesto-  algunas seden  si la confianza te la has ganado. Creo que era un buen concepto para mí.

Pasamos una cuadra antes del Casino Pharaohs y no había ninguna. Eran las 9 y media de la noche, seguro llegaban más tarde. Seguimos siempre recto, en dirección de otro sector que también se mantienen. En una esquina, una o cuadra y media hacia el lago, de donde está el gran reloj del Banco LAFISE, miramos a un grupo de mujeres. Saúl dio la vuelta e íbamos para donde ellas.

Observamos vestidos con estampado y otros muy cortos. Ellas se hormiguean al ver que viene cliente en vehículo. Nos acercamos. Apagamos la camioneta, bajamos y nos dirigimos a la colmena de putas.

Estaba una muy particular: delgada, blanca, vestido corto, escote en su espalda, sus largas piernas estaban enfundadas en medias de malla hasta la mitad de sus muslos, y con los casi doce  centímetros de sus tacones la hacían ver como de 2 metros. Su pequeño y redondo trasero se marcaba con fidelidad en la ajustada tela del vestido como si no llevara nada más. Su cartera del tamaño de su antebrazo. Sus labios brillaban de color rojo. Pelo liso con unos mechones rubios y lencería a juego. Al parecer era la puta más rica de todas.
Las demás se defendían muy bien. Usaban carteras del color de sus vestidos y tacones no muy altos. Eran bajas, morenas y con un cuerpo sexualmente estable.

Estaban cinco mujeres en esa esquina. Atrás de ellas había un local con poca iluminación y unos cuantos arbustos medianos que lo rodeaban. Esa calle conducía -mano derecha- hacia casas o módulos que a esas horas no existía ni una sola alma. Aparte de algunos cuidadores nocturno que rondaban la zona.

Estando frente a todas ellas yo sólo miraba a la mujer de las piernas largas. Saúl se le acercó a otra y Jonathan se recostó a la camioneta a fumarse un cigarro.
Saúl murmuraba con la mujer apartado de nosotros y le pasaba la mano por los brazos hasta las caderas. Me le acerqué poco nervioso a la mujer de las piernas enfundadas. Se puso de pie antes que llegara y se presentó:
-          ¿Qué tal? Soy Isabella.
-          Mucho gusto Marvin.
Me sonrió, me halo del brazo y  me alejó de los demás. Se puso algo agitada y me pregunto que si el muchacho - Saúl- iba a tener algo con la mujer. Le aclaré que era posible que la eligiera a ella, por los varios minutos que estaban hablando. Después de eso se calmó y me dijo:
-          Es que... espero a alguien. Un buen cliente en unas horas viene y no quiero tener nada para que le digás.
-          Sí, sí, tranquila no te preocupes, nosotros lo andamos acompañando. Además esa mujer será la que va a elegir parece.

Nos devolvimos al grupo. Miré que Jonathan  estaba platicando con otra. Él y yo no íbamos a tener sexo. La apuesta no se podía romper. Sexo no, pero no dijimos nada de contacto físico, se nos olvidó ese detalle, o sea, que era válido si llegase la oportunidad.

Saúl nos llama a los dos por aparte. Sonriente dice: “¡Ya amarré! Creo que voy a ocupar la camioneta, pero no me voy a ir largo, sólo voy a girar y avanzar un poquito a lo oscuro de retroceso”.  Esa opción fue buena, porque quería contar una anécdota de alguna de estas mujeres. Ya la mitad de la apuesta estaba en juego.

Encendió la camioneta, la mujer se montó para su faena y se estaban yendo de retroceso. Se quedaron sólo a unos cuantos metros de donde estábamos. Buscando oscuridad como los gatos.

Le dije a Jonathan que nos sentáramos a esperar con ellas. Una de ella le pidió un cigarro a Jonathan, se lo dio, el también encendió uno, y se quedó a lado de ella platicando. La mujer de las piernas largas estaba hablando por celular después de la esquina. Me acerqué un poco y me senté algo distante. Terminó de colgar y escuchaba sus tacones acercándose a mí. Volteé a verla y me dijo con la cara algo afligida:
-          Va a venir más tarde. Ni modo voy a esperarlo más tiempo.

-          ¿Hasta que hora te vas de aquí? Le pregunte, evadiendo la respuesta anterior.
-          En la madrugada. Bueno depende, si esta bueno hasta amanezco. Terminó con una pequeña sonrisa.
-          ¿De verdad te llamas Isabella? - me había señalado antes que era con doble “l”-.
-          Bueno...  la verdad no digo mi nombre de pila. Siempre lo he ocultado, ni las demás lo saben, mucho menos los clientes.

-          Sólo era curiosidad. ¿Te mirás joven y guapa por qué estás aquí? Intentaba armar la historia, aunque ella parecía ilusa, simplemente tenía curiosidad.

-          Bueno... -encendió un cigarro- te voy a contar pues.  Te mirás un muchachito tranquilo.
Isabella antes de venir a trabajar de puta, cursaba el 3 año de contabilidad, pero siempre fue más distraída por las escapadas de sus compañeros que con las clases. Sus padres viven bien, no había necesidad por la cual trabajara. En muchas de sus fiestas y llegadas tardísimas en la madrugada, Isabella tuvo sexo con un amigo de un amigo, porque simplemente se emborracharon, se gustaron y además estaban solos en un cuarto. Al tiempo se hicieron novios, pero el muchacho no era nada fiel y se dejaron. Ya no seguía estudiando, sólo se iba por las noches a vagar y sus padres pensaban que estaba en clases. Se hartó de que le reclamaran sus llegadas hasta la madrugada y decidió irse a vivir donde una prima que alquilaba un cuarto algo grande.
-          ¿No te dio miedo que tan chavala y aún mantenida te fueras de tu casa?
-Para nada- dice. Fue como una salida que necesitaba. En la casa de mi prima, había una muchacha que llegaba siempre a buscarla o pedirle prestado maquillaje o collares. Mi prima me dijo que era una puta. Pero ella nada que ver, sólo le prestaba cosas, hasta se las regalaba a veces. En una de esas, llega y no está mi prima y quiere un lápiz labial en rojo, se lo doy y le pregunté que dónde iba después del miércoles todas las noches y ella me contestó: ¡A trabajar niña! ¡Necesito riales! Le regalé la pintura y se fue. Pero me quedé pensando muchas cosas después de oír eso.

Isabella lleva 4 años de trabajar en eso y dice que por su cuerpo y habilidad ha ganado más dinero que la quincena de su padre. Lo que Isabella quería era un poco de dinero, - su padre aún le llegaba a dejar- porque me dijo que ella lo que descubrió es que simplemente le gusta el sexo y lo disfruta mas que nunca siendo una puta.
-          ¿Sólo por sexo y un poco de dinero estás aquí?
-          Sí, no sé, es raro porque las demás están aquí por eso, pero a mí me encanta, eso lo siento cuando vengo aquí, y nada, simplemente me gusta y ya.
Cuando escuché eso me pareció algo curioso y en ése mismo momento me llenó de intrigas y muchas cosas más. No todas las putas de Managua se desvelan por eso. Madrugan porque ese es su trabajo y necesitan dinero. Pero Isabella está por una necesidad normal del ser humano. Por sexo nada más. 

Ahora ya no vive con su prima. Alquila su propio apartamento, se ha conseguido un buen amante  -como lo describe ella- que le da muchas cosas y desde luego unos buenos minutos fogosos. Ella espera que su familia no la descubra, porque se va a sentir mal. Su prima sabe todo y también es cómplice de varios actos sexuales que ocurrieron en su cuarto. 

De pronto Jonathan nos interrumpe con una risa súper exagerada. Aplaudía y hasta se le salieron las lágrimas -miré cómo se las secaba-, seguro la acompañante le estaba diciendo sus trucos sexuales.
Pero bueno, seguimos la conversación. En eso miré alrededor y la camioneta ya estaba en movimiento. Saúl estaba degustando la apuesta. Sonreí, le señalé a Jonathan y extendió el gesto con el pulgar arriba.
Luego de unos minutos, no sé ni con qué pretexto me fui con Isabella al jardín de una casa justo en frente de la camioneta. Estaba algo oscuro y nos quedamos cubiertos por un árbol.

Isabella empezó a apretar mi cuerpo con el suyo. De inmediato atraje sus caderas a las mías, mientras me entregaba a su aroma de vainilla en su cuello. En ese momento quedó un poco sorprendida con sus ojos resaltados. Porque en el roce, se dio cuenta que mi sexo estaba erguido y más me atrajo a la hendidura de su entrepierna. “Que rico se siente” me susurró y mi falo creció aún más. Bajé mi mano por su espalada hasta tocar completamente sus redondas nalgas, no sé de donde saqué fuerza y me la empotré por encima de mi ropa, recostándola con ayuda del árbol. Hacía movimientos pélvicos muy suaves. Acariciaba y medía con mi mano sus senos y logré sentir su pezón al límite.

Por encima de su hombro miré hacia la camioneta –tuvieron la puerta de atrás del vehículo abierta- como Saúl estaba en pleno acto sexual: posición del perrito. Pasaba mi mano por su cabello, mientras me lamía las orejas y el cuello. Acaricié sus glúteos con más ganas. Luego, se bajó y cambió de postura mirando hacia la camioneta.

Agarró mis manos y me pegó a su cuerpo mientras danzaba lento, restregándose deliciosamente sobre mí.
Desde la esquina, Jonathan y las mujeres observaban la escena a como se lograba ver. Ya los había notado, pero no me importó demasiado. Se escucharon dos silbatazos de un pito, el tercero fue enfrente de nosotros, pasaba un cuidador y se lanzó la escena pedal por pedal.

Su espalda se arqueó, todo mi cuerpo se estremecía. Se me acercó al oído diciéndome que sentía todo mi deseo contenido y que se sentía muy bien. Llevó su mano por detrás tocándome toda mi excitación. Acariciaba su pierna muy suave hasta que llegué a sentir la curva de su glúteo. Dejó de tocarme se volteó y me dijo. “Para tocar más tenés que pagar más muchachito”. Me dio tos, porque sentí que se me cortó la respiración en ese momento. Sonreímos y le dije que no había problema. Acomodando el cuello de mi camisa agregó. “Pero hoy no, porque la verdad no puedo”

Saúl salió por la puerta de atrás de la camioneta acomodándose el pantalón y la camisa. La cerró y nos vio sorprendido, mientras la mujer salió por la puerta del copiloto arreglándose el pelo.

Isabella me dijo que nos fuéramos de regreso al grupo. La función ya había terminado. Saúl se quedó atrás pagándole a la mujer mientras las otras mujeres nos decían. “Ajá, ajá. Estaban calladitos”, se soltaban en carcajadas con aplausos.

Saúl se acercó con la camioneta y nos preguntó que si nos íbamos. Jonathan se despidió de la mujer con la que habló todo el rato. Isabella me estiró el brazo y en la mano iba un papel. Cuando lo sentí cerré el puño y disimuladamente me lo metí en la bolsa, me despedí de todas y subí a la camioneta.
Saliendo de las putas, Jonathan comenzó a molestar a Saúl preguntando que cómo le había ido. Les dije que volviéramos al bar por otras rondas de cervezas para platicar más tranquilos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Eso significas para mi

Eso sos para mí, ahora y mañana eso mismo serás... la mujer incomprensible que trato de descifrar cada vez que se pone el sol y se acuesta la luna.
Esa de pestañas oblicuas y párpados finos... la de ojos cafés oscuros con mirada penetrante, esa que me quema y me hace no seguir viéndote, esa la de los ojos brillantes y bonitos.
La que juega el dedo en el pelo todos días, su pelo negro, ese negro como el gato que busca oscuridad todas las noches en los tejados. Negro profundo, pero de ese negro lacio que le asienta bien con cada ropa que se pone diario.
Su piel clara, suave, esa piel semejante a como cuando toco un pétalo de flor. Su cutis de durazno, esa nariz que no ganaría un premio en una exposición de zanahorias, porque es pequeña, casi perfecta, de hecho le queda muy bien para su rostro chico.
De mejillas redondas como una bola de pan... sus labios, esos que hacen que la testosterona suba por todo mi cuerpo. Me detengo aquí, esta parte de su cuerpo es irremediable para no enamorarme. Su boca. Aquellos besos profundos que probé una vez, los necesito todos los días, cada vez que pienso en el mohín de tus labios me pongo tierno... me encantan, lo he confesado, me llenan, se me pone la piel de gallina. Mujer, que me vuelven loco tus besos!
Ese cuerpo que va formando una silueta agradable, tu silueta para mí es única, yo la veo y le tomo fotos mentales, es increíble, y si pedís más será un extra de tu parte, para mí, sos bella así.
Del ombligo parto hacia abajo. Tus caderas bien hechas que no tienen necesidad de esforzarse para verse mejor. Tus piernas y tus muslos saben que sos mi perdición. Tan formadas, tan dedicadas para hacerte ver con una figura sexy y arrasadora de torce cuellos.
Eso sos para mi, ese es tu cuerpo para mi... hoy sera así y mañana también... así te veré diario como una mujer hermosa.
Pero que le voy a hacer mujer si sos una belleza, para mi me basta verte diario, para vos no se que te basta, si verme o estar conmigo, pero yo te quiero para mí, y si decís que sí, yo sé que te haría feliz.
Cosa mas bella que vos no encontraré en otros mares.




sábado, 10 de marzo de 2012

El trayecto a la Universidad

El Dr. Carlos Tunnermann Bernheim, es abogado y educador nacido el 10 de mayo de 1933 en Managua, Nicaragua. Tünnermann se preocupa por el tipo de educación, los planes de estudios de los colegios y universidades. De manera que, carreras técnicas o caminos cortos a cambio de la universidad es una mala decisión que afectará en un futuro, por lo tanto, una problemática que debe acabar rápido y crear estrategias de calidad.


¿Cómo ve el plan de estudios de la educación secundaria como preparación hacia la universidad?

No es lo suficientemente fuerte en matemáticas y español, no hay la coordinación suficiente entre los programas de secundaria y los de la universidad, por eso muchos estudiantes fracasan en el examen de admisión principalmente en matemáticas y español.

¿Por qué elegir entre una carrera técnica a cambio de una carrera universitaria?

Los jóvenes que eligen eso es porque no pueden pagar la carrera universitaria, pero otras veces es por vacación, porque les gusta la mecánica, electrónica, todo a nivel electro medio o no están suficientemente preparados para ir a la universidad. En Nicaragua deben crearse carreras técnicas superiores, lo cual sería atractivo para los estudiantes, sin que necesariamente asistan a la universidad, aunque en otra solución se podrían crear en la universidad como extra.

¿Es conveniente salir del bachillerato e ir a buscar empleo?

Si tienen la posibilidad para seguir la carrera universitaria no conviene buscar empleo sino que, dedicar tiempo completo al estudio, pero algunos estudiantes son de familias pobres y hacen el esfuerzo para seguir su carrera en la universidad.

¿Vale la pena ir a la universidad?

Sí vale la pena siempre que no escoja la carrera que sea de su vocación y que además elija una carrera que tenga demanda, porque hay carreras como derecho, computación, administración de empresas que cuya demanda está saturada, hay que saber escoger una carrera para que sea útil a los servicios de educación que brinda la universidad, y también ofrecer ferias a los estudiantes de 5 año de secundaria, para orientar su vacación
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¿Cuál es la importancia de una carrera universitaria?

Una carrera universitaria da formación de nivel superior permite también prestar un servicio a la sociedad y el graduado encuentra los medios para ganarse la vida.


Si bien los bachilleres deciden una carrera corta para un empleo rápido ¿Cuáles serian las razones de que no aspiran a la universidad?

Por razones económicas, por falta de recursos pero también se casan muy jóvenes, adquieren obligaciones familiares, entonces prefieren buscar empleo y carreras cortas que ir a un trayecto más largo como lo es la universidad.

¿Cuál sería el objetivo de una universidad para ofertar las carreras a estos tipos de estudiantes que toman esa decisión?

Crear estrategias de calidad. Sería muy bueno que las universidades hicieran carreras cortas de nivel superior para graduar técnicos superiores que son cuadros intermedios entre los ingenieros y los operadores. En Nicaragua se necesitan muchos y que éstos no están siendo debidamente atendidos.

¿Será un obstáculo los exámenes de admisión?

Los exámenes de admisión no deberían de ser obstáculos, sí los estudiantes vinieran bien preparados del bachillerato, bien les serviría decir a los estudiantes que carrera elegir, por eso se requiere exámenes de admisión bien diseñados que sirvan para realizar la capacidad de raciocinio, dominio de lógica, sino que son exámenes basados en datos e información.

Si los estudiantes piensan que no acuden a la universidad porque, al ser egresados es muy difícil conseguir empleo ¿Cuál sería la misión de una universidad para explotar el potencial que desperdician estos estudiantes?

Las universidades deberían de tener para los estudiantes de últimos años sistemas de prácticas profesionales supervisadas que les permitan a los estudiantes familiarizarse con el mundo del trabajo de esta manera, conseguir empleo fácilmente.
¿Qué ventajas trae la universidad para un trabajo futuro?

Cuando hay una plaza disponible en una empresa el graduado universitario tiene más posibilidades de aquel que no asistió a la universidad. Hoy día para ciertas empresas no basta la licenciatura sino que, piden maestrías y doctorado.

jueves, 2 de febrero de 2012

La fuerza de vivir

No sabía en realidad en qué me estaba sumergiendo, sólo sé que tenía que ir al médico esa mañana. Hasta ese momento todo marchaba bien.

Mientras estaba sentado en la camilla viendo mi radiografía en la pantalla, la doctora no halló otras alternativas que decírmelo así:

-         Es peor de lo que indicaron los primeros análisis. Los otros doctores tenían razón. En las radiografías aparece una estrella que está explotando, es una forma de cáncer muy poco común. Extraordinaria.

Cáncer, es una palabra que en ése momento deduje y quise agregarle otra más, muerte. Y la doctora me dijo que era extraordinario. ¡No me haga el favor!
-         ¿Extraordinario? Le dije con los ojos empapados de lágrimas.
-         Sr. Quizás le quede un año más de vida. Fueron las palabras de aquella doctora anciana cuando cerró el folder.
La dejé de ver y quería soltar mi llanto. Insistí:

-         ¿No se puede operar? ¿No se puede hacer nada? ¿Algo que pueda prolongarme la vida?
La cara de lástima que tenía la anciana por mí era posesiva, parecía que estaba a punto de llorar como si fuese un familiar mío. 
Y estoy seguro que estas dos letras que me dijo le dolieron muchísimo:
  No.

Yo me caracterizaba una persona buena, me gustaba ayudar. Pero me molestaba la confianza de los demás, y mi trabajo porque me alejaba de mi familia. Mi bella esposa me dejó por eso, nunca tenía tiempo para ellos, mi familia y ella llegó hasta un momento que separarnos era lo ideal. Se fue con mis dos hijos varones, menores de 13 años. Después de esa mala noticia en el hospital, decidí ir a verlos, el tiempo no había como detenerlo, quería verlos.

Era domingo. Estaban jugando baloncesto como siempre, quería al menos poder jugar con ellos por última vez:

-         ¿Cómo están hijos? ¿Dos contra uno que dicen? Vamos a ver si me ganan.
-         Ni si quiera te gusta el básquet. Contestó el mayor.
-         No lo creo, estuve practicando muchas horas. Les decía mientras me desabotonaba mi manga larga.

-         Trabajas todo el tiempo. ¿Cuándo tienes tiempo para practicar? Me lo afirmó con tono irónico.
Mi ex esposa se acercó… Por su gesto cómo venía, supe que estaba indispuesta:
-         ¿Qué haces aquí?
-         Vine a jugar básquet.

No había otra cosa que decirle, pero no le pareció la idea:

-         Debes de llamar antes de venir. Me dijo muy enojada.
Entendí que me tenía que ir, no era un buen día para mí, ni para ir de visita. Pero mis hijos me querían a pesar de mi trabajo y mi escaso tiempo que les dedicaba.

Me hizo sentir mal ese momento, porque no se imaginaba la mala noticia que paseaba por mi mente a cada segundo. Había perdido a mi familia por no tener una agenda, por no darme unas horas libres para estar con mis hijos. Por mi estúpido trabajo complicado los perdí.

Al día siguiente…

Llevaba una maestría en la universidad. La clase aburrida que nunca prestaba atención se hizo un poco interesante. Había una mujer guapa a dos escalones míos. Me puse de pie, le pedí disculpas al profesor y me coloqué a un asiento de ella. Con una sonrisa sacudió su cabeza de lado a lado como diciendo que no. Sólo le susurre qué era lo que le había preguntado el hombre que hace minutos salió del salón. Ella dijo que se había confundido de aula, que andaba perdido.

Al salir de clases, me le adelanté y le dije que nunca la había visto en esa clase que me parecía extraño su rostro. Y se trataba de que siempre pasaba dormido, por eso, no la había percatado antes.

Íbamos platicando hasta la entrada de la universidad – ya era hora de salida- ya que estaba planeando algo. Me interesaba saber más de ella.
Le dije que vendía seguros de vida, que la empresa nos alentaba a seguir estudiando como la clase de hace minutos y que nos ayudaba a llevarnos bien con los clientes.

Después de eso me dijo:

-         Bueno fue divertido, medio conversar. Adiós.
-         Es temprano, conozco un restaurante italiano. Quería que aceptara la propuesta para conocerla mejor.

Juré por Dios que pensé que iba a decir que sí:
-         Yo también. Sonrió y dio vuelta atrás.
Creí que se estaba dando una oportunidad, pero al parecer era de las difíciles. No la entendí por ese instante, así que le dije:

-         ¿Creí que podía haber algo entre nosotros? Una amistad.
-         ¿Entre nosotros? Sr. Su raro encanto y su extraño conocimiento de la historia militar en mi noche o en mi vida, o en ningún otro lugar donde este pensado meterse. Fue divertido dejémoslo ahí.

Le dije que no se halagara tanto y le agregué azúcar al café:
-         No se halague tanto. Mi vida está un poco complicada ahora.
-         La mía también. Me contestó de inmediato.

-         Bien. Entonces nos comprendemos. No sabe esto de mí pero me pongo atrevido una vez cada cinco años. Y hoy me toca. Si está saliendo con alguien, bien. Si ya no y odia a los hombres, bien. Si tiene otros problemas, la compadezco. Pero como hoy es mi día, le diré dónde y cuándo cenaremos. 7:30 pm, el miércoles, en la esquina del “Árbol Colorido”, ahora se me olvida el nombre, pero sobresale un toldo amarillo. Sí no va, está bien, no tengo problema. Y tenía razón fue divertido.

Termine mis palabras, ella estaba asustada con una leve sonrisa, y puedo atreverme a decir que en su mente pasaba ¿“Qué le pasa a éste hombre”? pero no estaba loco, quería cenar con ella. Me di la vuelta y me fui.

La noche de la cena

Llegué minutos antes, reservé una mesa para dos, pedí una botella de vino mientras la esperaba. Me había puesto saco y corbata para la ocasión. Hasta me peiné bien, pero no estaba nervioso.

Pasaron los minutos del tiempo real y no llegaba. Me estaba desesperando volteaba a ver por todos lados, pedí la mese cerca a la ventana, para verla llegar o si en caso se perdía.
En los movimientos desesperantes de mi cuerpo, vi en el restaurante de en frente que alguien se tapó el rostro con un libro rápidamente. Dejé de ver e inmediato giré nuevamente. Era ella, sonrió y se disculpó a mudas desde lejos. Le hice de señas que era aquí era la cena, se levantó y cruzó la calle.

Se sentó puso su bolso a lado de la silla, se abotono el sueter,  adelanto la silla , se puso cómoda y me dijo:

-         Deje de verse tan satisfecho. Sólo…
-         ¿Va tomar algo señorita? Interrumpió la mesera.
-         Sí un vodka con limón por favor.

La estaba mirando con una sonrisa muy amena. Le pregunté:
-         ¿Sabe qué vamos hacer hoy? ¿después de cenar?
-         Cuando terminemos de cenar me lo dice. ¿Sabe que es muy extraño?
-         Quizá sea cierto, pero vino. Le conteste con mi estimada sonrisa.
-         No sé que estoy haciendo aquí. Se lamentaba sarcásticamente.
-         Hoy haremos una… Me interrumpió alterada.
-         Sí está pensando en una locura sexual se equivocó de mujer.

Pero no tenía en realidad eso en mente. Después de cenar caminamos unas cuántas calles. Estábamos en la parte de atrás del cine. Con mis amigos fui a ver muchas películas gratis, éramos muy traviesos y vagos.

Abrí como en los viejos tiempos la puerta de seguridad que es la que lleva a la puerta de salida de la primer sala. Entramos… no hicimos mucho ruido, ni cuenta nos dábamos que película se estaba estrenando, pero no duramos mucho tiempo unos de seguridad nos alumbró el rostro y dijo que teníamos que ir a la administración. A Sarah le susurré en el oído que volviera a salir por la parte de atrás sigilosamente. Cuando el de seguridad no me estaba viendo salí corriendo detrás de ella, escapamos fácilmente.

Ella no paraba de reírse, me dijo que estaba loco, que podíamos estar en la cárcel ahora mismo. Eso era la que trataba de hacer, divertirla, la notaba una mujer tensa...

miércoles, 1 de febrero de 2012

"Para mí la radio es un recuerdo de mi madre"

 La comunicación y la transmisión radiofónica son las herramientas más sagradas de Azucena Castillo, nacida bajo el signo de Aries el 9 de abril de 1968, dedica su vida a difundir su voz. Su experiencia y trayectoria ha sido bien satisfactoria, altamente productiva, porque ha logrado muchas metas, y  la radio siempre fue su pasión desde pequeña.

Licenciada en Periodismo en 1990, y de algunos cursos incompletos como, Ingeniería Agronómica y Matemáticas, sin embargo la radio siempre la amó desde su infancia. Azucena Castillo ha estado dentro del mundo de la comunicación desde 1985 en diferentes radios nacionales,  semanarios escritos y canales de televisión. Su período más largo le tocó en Radio la Primerísima  donde aprendió demasiado, tanto como fuera y dentro de Nicaragua, hasta que asumió su reto, la Dirección de Radio Universidad.

¿A qué edad empezó tu pasión por la radio?
Desde siempre, porque yo me dormía a la orilla de mi mamá escuchábamos Radio Mundial, me gustaba, oía cuentos, me entretenía. Yo creo que eso era lo que le gustaba a mis padres por eso seguí ese camino. Para mí la radio es un recuerdo de mi madre y empecé desde pequeña a los 13 años, en la UNAN en Radio Local.

¿Cómo llegó Azucena Castillo a la radio?
De varias entrevistas por el productor de la radio, me gustó cómo estaba la radio, me gustaba animar, la pegué (ríe), además por los programas y la forma de desenvolverme en todo lo que era radiofónico.

¿Qué pensaba de Radio Universidad, le gustaba?
La miraba gigantesca, la única en FM se escuchaba bonito.

¿Antes de ser directora te desempañabas en un tipo de cargo en RU?
En programas de todo tipo, musicales, ambientales, económicos, universitarios, de todo la verdad.

¿Qué te ha parecido la dirección de la radio?
Una nueva experiencia, un desafío para mí, porque RU no se escuchaba mucho, en cambio ahora, estamos a los 100 watts de potencia, cosechando nuevas amistades, jóvenes dispuestos y valiosos. La oportunidad que brinda la Universidad Centroamericana (UCA), es enorme por eso me siento orgullosa de ser UCA y de ser Directora de Radio Universidad.

¿Cuánto tiempo lleva de ser Directora?
Cerca de los tres años.

¿Cómo ha sido la experiencia en el transcurso de su cargo?
Intensa. Hemos desarrollado estrategias para consolidar, además la estructuración y construcción de políticas como la prensa de RU, una de las tácticas y maneras para establecer mejores relaciones con la carrera de periodismo en la UCA, y  programaciones variados.

¿Cómo es la imagen de RU?
Alegre, colorida, dinámica, con varias actividades, es una radio espléndida.

¿Cómo ves la radio en unos 2 años?
Altamente productiva (ríe), competitiva y en los primeros lugares de audiencia.

¿Qué quiere de Radio Universidad?
Que los jóvenes la asuman, que le ofrezcan al pueblo de Nicaragua una producción radiofónica de primera, o sea, alegre, divertida e informativa.

domingo, 27 de noviembre de 2011

HECHO DESDE DIFERENTES CASAS

Aunque tienen un año y medio con su propio negocio, Marcela Lagunas y Karen Ayesta han encontrado la manera de mostrar lo que ellas hacen y  otras mujeres realizan, a través del internet. Todos los productos realizados son “Hecho en Casas”.

Dos mujeres con más de una década de vivir en nuestro país, sintieron la inquietud de realizar trabajos,  comidas,  todo hecho en casas y por ellas mismas.  “Tenemos un año y medio de estar funcionando con la página web”. No obstante, la planificación ha llevado más tiempo. “La inquietud vienen de hace mucho tiempo. Mostramos lo que hacemos, también lo realizados por otras personas,  a través de publicaciones de fotos en la web”, relata Karen Ayesta, originaria de Canadá.

Primeros pasos

 “Hecho en Casas” nace con la idea de que el negocio en sí, sea todo en línea. “Primero contratamos a alguien para que nos diseñara la página. Y algunas lecciones para manejarla, porque, Karen es maestra en enseñanza del inglés para universidades, yo soy abogada, por lo tanto, no sabíamos cómo manejar una página web”, cuenta sus peripecias de cómo fueron los primeros pasos de su negocio Marcela Lagunas, nativa de México, pero vive en su Nicaragua adoptiva.

“Una vez hecha –la página web- empezamos a subir los catálogos y comenzamos a ofrecer nuestros productos”. El objetivo parecía sencillo, pero se trataba de trabajar mucho y conseguir a personas –colaboradoras-para tener más productos. “Y así, han surgido muchas personas que quieren que sus productos se vendan y se den a conocer. La página web era para eso, para darles oportunidad”, recuerda  Marcela.

Una empresa artesanal de comida y de arte

 “Hecho en Casas” está construido por variedad de productos y creaciones. “Tenemos bisuterías, galletas decoradas, pasteles, tarjetitas, velas decoradas y no está limitado a la lista que estamos haciendo, si alguien mañana se le ocurre algo particular también es bienvenido”, afirma Marcela Lagunas.
Todo el trabajo está hecho por mujeres unidas por afición o simplemente por interés y demostrar de lo que es capaz cada persona. “Cada quién tiene lo suyo, luego lo presentamos en la página. Cada persona tiene su especialidad y su tipo de crear las cosas. Si hay un hombre que haga algo similar también es invitado a incluirse a nuestro grupo”, manifiesta, Karen.

La primera prueba  en público de “Hechos en Casas” fue muy enriquecedora, pues lograron hacer una conexión con la gente increíble,  de esta manera comenzaron a hacer reconocidas públicamente. “Hubo un bazar navideño el año pasado organizado por un grupo de mujeres americanas, era para recaudar fondos, exclusivo para niños. Montamos nuestra presentación y tuvimos a 5 participantes –mujeres-  llamó mucho la atención, las galletas volaron (ríe), a partir de ahí la gente comenzó a conocernos y hacer pedidos”, recuerda Karen.

Marcela Lagunas aclara que fue efectivo ese día. “En nuestro stand  había muchas cosas, llamaba la atención, quedó bonito, por eso, se nos acercaba la gente. Fue algo bien positivo”.

¿Qué los distingue?

Éste negocio tiene algo curioso, las propietarias no tienen horario de oficina y no tienen un local o una tienda en donde puedan exponer sus delicias y sus productos materiales. Todo es hecho en diferentes casas. Entonces… ¿Dónde realizan su trabajo?

 “El trabajo de mercadear la página ella lo hace desde su casa y yo desde la mía. Contestamos los correos, lo pedidos, recetas y todo lo demás. Esa es la parte administrativa”, cuenta Marcela.
El nombre lo tiene bien claro todo es  hecho en casas, nada de local, ni empresa que contenga trabajadores en hornos o algo por el estilo. “El trabajo artesanal cada participante de “Hecho en Casas” lo hace desde su hogar. En cada casa alguien hace una cosa y luego, esto pasa como imagen para nuestra página web, que es donde se exponen nuestros productos”.

¿Cuál es la gastronomía utilizada? ¿Todo es nica? “Es muy variada. Si utilizamos productos de aquí. Por ejemplo, yo hago una cosa llamada “Quiche”, me han dicho que queda rico (ríe), pues yo lo hago, lo pongo ahí –página web-  y esperamos a quien le interese. No tenemos una gastronomía  definida, hay ingredientes mexicanos, nicaragüenses y  algunos más”, manifiesta Marcela Lagunas.

Entonces… ¿Cómo es el asunto para hacer un pedido? “Cuando yo hago algo que ya está listo, le tomo fotos y las incorporo en la página web. No necesariamente la persona va a comparar ese producto, desde luego se hace uno nuevo, y de acuerdo al pedido por supuesto”, agrega  Karen Ayesta.
No son 24 horas pero casi”

Cómo no hay horario de oficina, así que de todos lados y a cada momento se puede contestar una receta o un pedido. El control que le dan a sus redes sociales y pagina web para éste dúo de motivadoras está bien definido. “No son 24 horas pero casi (ríe), de donde esté y tenga conexión  abro mi computador, si alguien me comento sobre un pedido o una receta inmediatamente les respondo, sin importar la hora que sea.”   De esta manera, se ha propagado los números de clientes y es porque “Reciben una atención al momento”, aclara Marcela.
Un talento confortable

Todo el grupo de “Hecho en Casas” son personas que descubrieron su talento de acuerdo a lo que les gusta hacer, por lo tanto cada quien tiene su propio estilo. “Lo mío es la bisutería. Recuerdo cuando estaba en la universidad. Estudié en México, vivía recolectando aretes que hacían los artesanos en la calle; y ahora quién iba a decir que todo esto me iba a gustar e iba hacer de mi talento. Ya tengo 7 años de hacer esto y me encanta”, recuerda Karen.
En cambio Marcela tiene su propia perspectiva de describir su talento. “La mujeres llegamos aún momento en que nos sentimos más confortable y hacemos los que nos gusta. Y ahora, hemos tenido tiempo para dedicarle a las cosas que nos encanta que es hacer y crear cosas”.

“También tiene que ver la familia. Mi mamá siempre nos hizo la ropa y cocinaba. En mi casa jamás en la vida se compró una galleta todo era hecho en casas. Mis hermanas son creativas también hacen muchas cosas”, agrega Karen.
Principio: la parte dura de todo negocio

“Al principio obviamente al darnos a conocer no vendíamos mucho, ni la gente nos contactaba mucho, porque, los primeros pasos yo creo que son los más difíciles de cualquier negocio”.

Efectivamente, es difícil crecer en un negocio, pero con el tiempo se va edificando el futuro tanto del  negocio como el de la persona. De esta manera, la perseverancia es una de las principales cualidades de las propietarias, en ningún momento se atemorizaron a seguir a delante. “Llegamos a un momento que teníamos 4 meses y nadie comentaba ni compraba. Pero eso es cuestión de tiempo y de paciencia. Hay que esperar, porque el tiempo hace crecer las cosas”,

No se pusieron límites al comenzar en el mundo del negocio, se arriesgaron. Pensaron siempre en positivo, buscaron alternativas para llamar aún más la atención de clientes. “Comenzamos con la publicidad en la cartelera. Pero descubrimos y  no cabe duda, que la publicidad de Facebook es mejor. Es increíble, los fans que tenemos son clientes potenciales”, cuenta Marcela Lagunas.

“Me acuerdo cuando llegamos a los 15 “me gusta” hasta lo celebramos (ríe). Estábamos contentas, el número de personas estaba aumentando. Ganamos clientes fijos por medio de ésta red”, agrega Karen Ayesta.
La clave del éxito para este dúo de emprendedoras es conservar el entusiasmo.  Está claro que si uno tiene la fuerza y el interés de hacerlo lo logra. Pero se debe esperar para ver los frutos.

Ambas cuenta que es necesario realizar las ferias, de esta manera la gente las va conociendo, se dan  cuenta de la calidad de su producto, lo prueban, lo usan y se convencen.
Lo bonito de Hecho en Casas

“Son dos cosas. Primero, eventualmente esto sea algo más grande,  no es un trabajo de oficina, la conexión con los clientes y muchas personas nos contactan. Es un trabajo que lo hago en mi casa la mayoría del tiempo. Y no tengo un horario fijo. Segundo, la interacción con las personas en las ferias, vemos hacer nuestros frutos con nuestras propias manos”, manifiesta Marcela Lagunas.

Sin embargo, los beneficios son indiscutibles, hacen los que les gusta y las relaciones con las personas es satisfactoria y ver lo positivo que tiene el negocio es su pasatiempo.

¿Qué es lo que esperan de Hecho en Casas en unos dos años?
“Quiero verme en dos años con una cantidad enorme de participantes en la página web. También ver a todo el mundo comprar y hasta quizás tener un local”, anhela Karen.

“Más grande –muchas participantes-  con mayor movimiento de ventas. Una oficina en donde se atienda al cliente, puesto que pretendemos quedarnos con la tienda virtual”, desea Marcela Lagunas.
 La tarea es implementar e innovar cosas nuevas de calidad para mejorar el interés de los clientes y perfeccionar los productos que se van a realizar.

Esta experiencia, les demostró a estas empresarias que en Nicaragua si se puede lograr cualquier reto si se lleva perseverancia y dedicación por delante. No importa lo pequeño que  sea el negocio o los trabajadores, el compromiso es satisfacer y ayudar al desarrollo del país. Estas empresarias son el ejemplo vivo que, cuando expandes tus límites, expandes tu vida.